¿Sabías que la capital de Santa Cruz, Río Gallegos, debe su estatus a la fiebre del oro en Cabo Vírgenes?
Bueno, para empezar, esta fascinante historia nos lleva a finales del siglo XIX, cuando la búsqueda del preciado metal transformó la región.
En aquellos tiempos, en 1885, Cabo Vírgenes se convirtió en un hervidero de actividad. Cientos de hombres, impulsados por la promesa de riqueza, se establecieron en la costa para extraer oro de la arena. La Gobernación, enfrentando la necesidad de organizar esta caótica fiebre del oro, decidió trasladar la capital desde Puerto Santa Cruz a Río Gallegos en 1888. La proximidad a los conflictos y la desorganización en Cabo Vírgenes hizo imperativo este cambio estratégico.
Sin embargo, hay otra versión más romántica de esta historia; y que, de hecho, es la que más me copa. Se dice que el entonces gobernador Ramón Lista tenía un motivo personal para el traslado: su deseo de estar cerca de la tribu tehuelche, donde vivía su enamorada.
Aunque no está claro cuál de estas circunstancias fue la determinante, ambas añaden un toque de misterio y encanto a la historia de nuestra ciudad.
Aunque muchos se cuestionan por qué chucha existimos al borde de este estuario, hoy, Río Gallegos no solo es la capital administrativa de Santa Cruz, sino también un testimonio vivo de su rica y variada historia. Y como quiera que sea, desde la fiebre del oro hasta los días actuales, la ciudad ha evolucionado, y sigue siendo un punto clave en la vasta y hermosa Patagonia.
Por @_fernandocabrera
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