Los trabajadores de las cooperativas de trabajo que brindan servicios para el Estado viven unos de sus momentos más críticos, entre la incertidumbre, la flexibilización laboral y los aprietes el relato de una de las más de 50 asociadas en primera persona.
El testimonio de la joven en primera persona:
“Soy una asociada de la cooperativa "Gente del Sur" que presta servicios en el Hospital Regional Río Gallegos. Quería contar cómo trabajamos nosotros los de mi cooperativa, bajo presión y amenazas de la gente que maneja la misma y es de un espacio político.
Si no compartimos en todas nuestras redes sociales y estados de WhatsApp todo lo referido a ese espacio político no nos llaman a trabajar y si no trabajamos no cobramos (nos controlan que compartamos todo). También tenemos que ir a su sede todos los días y una vez a la semana tenemos que llevar algún producto: yerba, azúcar, etc.
No podemos decir ni preguntar nada porque te amenazan con no llamarte más a trabajar.
Nos descuentas más de lo que corresponde diciendo que es para un fondo de la cooperativa para cuando alguien se enferma y cuando esto pasa al que falta le descuenta el día igual y no sé lo pagan.
Este año también les dieron trabajo en los comedores de las escuelas y en los jardines, a los chicos que trabajan en eso les descuenta para un supuesto aporte en agradecimiento a un sindicato por haberles ayudado a conseguir esos puestos de trabajo.
Los que trabajamos solo queremos que se terminen los aprietes, las amenazas y que dejen de llenarse los bolsillos los punteros políticos con las cooperativas”.
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