El Día de la Madre es una celebración prácticamente internacional, pero cada país lo celebra en días distintos. Te contamos por qué sucede esto y cuál es el origen del homenaje a las madres.
Día de la Madre se celebra en gran parte del mundo, pero en fechas distintas para cada país. Lo que sí se ha establecido como consenso es que el día sirve para rendir homenaje a la maternidad, ya no tanto como un factor fundamental para la construcción de la familia, sino más bien como un proceso simbólico e históricamente asociado al amor, al esfuerzo, a la comprensión y a la ternura.
Al contrario de lo que se suele pensar, la tradición de celebrar el Día de la Madre no tiene su origen en la época contemporánea. De hecho, las civilizaciones antiguas ya rendían culto a la figura de la madre.
Por ejemplo, en la Antigua Grecia, Rea no solo era la diosa de la fertilidad y la maternidad, sino que era considerada la madre de la humanidad por haber dado a luz a Hestia, Hades, Deméter, Poseidón, Hera y Zeus. Es por ello que, cada año al inicio de la primavera, los griegos celebraban un festival para venerar a esta deidad. Así mismo, en Roma se realizaban rituales similares para homenajear a Cibeles, diosa de la tierra, y en Egipto se honraba a Isis, la Gran diosa madre.
Más tarde, el cristianismo concentró todo este simbolismo en una sola figura: la Virgen María, cuyo día es el 8 de diciembre, llamado oficialmente Día de la Inmaculada Concepción. Así pues, en países de tradición cristiana, este era el día en que se alababa a las madres y así se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX.
Por qué se celebra el Día de la Madre en la Argentina
La tradición de festejar a la persona ejerce el rol de madre se remonta a 1931. Ese año, el Papa Pío XI dedicó el 11 de octubre a la “Divina Maternidad de María” como homenaje al Concilio de Éfeso, encuentro de eclesiásticos de gran relevancia para el credo que se llevó adelante en año 431 y proclamó en la doctrina católica a María como la verdadera Madre de Cristo.
El gobierno argentino, encabezado en ese entonces de facto por José Félix Uriburu, replicó la iniciativa religiosa y dispuso que el domingo posterior o el anterior a esa fecha se festejara el Día de la Madre. Más tarde, se estableció que sería siempre el tercer domingo de octubre, antepenúltimo mes del año.
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