La ética es una rama de la filosofía que estudia el comportamiento humano en relación con los conceptos de bien y mal, los deberes y las virtudes. Su objetivo es analizar y establecer principios que guíen las acciones humanas hacia una vida justa y plena.
En relación a esto, existe un mito antiguo, originado en Egipto hace cinco mil años, que habla de un dios encargado de juzgar a los muertos para permitirles resucitar. Este juicio final, que no es exclusivo de las tradiciones hebrea o cristiana, se basa en criterios éticos. El dios preguntaba al difunto sobre sus buenas acciones en vida, y el muerto respondía con actos como alimentar al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo y ofrecer una barca al peregrino, ya que en Egipto, un país atravesado por el río Nilo, quien no tenía una barca se ahogaba.
Tres mil años después, el fundador del cristianismo adoptó estos mismos criterios, adaptándolos a su contexto. En lugar de una barca, mencionó el hospedaje al peregrino y la visita a los encarcelados. Veinte siglos después, filósofos como Paul Ricoeur y Enrique Dussel coinciden en que las necesidades humanas fundamentales son comer, beber, vestirse y tener un lugar donde vivir. Estos actos de bondad son esenciales para la supervivencia humana y, por lo tanto, constituyen la base de la ética.
El capitalismo, sin embargo, se rige por el aumento de la tasa de ganancia, lo que a menudo lleva a la explotación y destrucción de recursos naturales y humanos. Este sistema económico prioriza el beneficio sobre la vida, lo que resulta en la muerte y el deterioro del planeta. La ética, en su forma más fuerte, no se basa en valores abstractos, sino en la afirmación de la vida. Si no se cumplen estos principios éticos, se pone en peligro la existencia misma de la humanidad y la naturaleza.
No por nada la educación en términos éticos es algo que repele al capitalismo. Y en este punto es bueno recordar que, por ejemplo, Albert Einstein tenía ideas políticas de izquierda y, aunque no fue miembro del Partido Comunista, apoyaba causas socialistas. En 1949, escribió un artículo titulado "¿Por qué socialismo?" donde argumentaba que una economía socialista podría resolver problemas como el racismo y la pobreza. Por otro lado, Nikola Tesla, aunque no hay evidencia clara de que se identificara como comunista, expresó críticas al capitalismo y su enfoque en el lucro a corto plazo. Asimismo, Carl Sagan, conocido por su defensa de la ciencia y la racionalidad, también mostró simpatías hacia ideas progresistas y humanistas, aunque no hay registros de que se identificara explícitamente como comunista.
En cuanto a la situación en Argentina bajo el gobierno de Javier Milei, la inversión en investigación científica ha disminuido significativamente. Milei ha recortado fondos públicos destinados a la ciencia, argumentando que la inversión debería provenir del sector privado. Esto ha generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional, con 68 premios Nobel advirtiendo que la ciencia argentina se encuentra en peligro debido a estos recortes.
Entonces, la pregunta final para el querido lector de "Santa Cruz nuestro lugar" es: ¿Considera usted que el gobierno provincial prosternado al gobierno nacional actúa de manera ética?
Por @_fernandocabrera
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