Desde 2010, el mapa bicontinental de la República Argentina es el documento cartográfico oficial de nuestro país, de uso y exhibición obligatoria en todas las instituciones educativas y organismos gubernamentales. Este mapa destaca por mostrar la Antártida y las Islas Malvinas a la misma escala que el territorio continental, permitiendo una comprensión más precisa de la extensión total de nuestro país.
Contrario a lo que algunos puedan pensar, este mapa no es una herramienta expansionista. Desde 1810, Argentina ha mantenido una política clara respecto a las Malvinas, la Antártida y Tierra del Fuego, enfocada en el poblamiento y el desarrollo científico. En la Antártida, por ejemplo, Argentina instaló su primera estación meteorológica en 1904 y ha mantenido una presencia ininterrumpida desde entonces. Actualmente, es el país con más bases en el continente blanco y el primero en crear un organismo público dedicado exclusivamente a la ciencia antártica: el Instituto Antártico Argentino.
Aunque el Tratado Antártico promueve la paz y la cooperación internacional, no elimina los derechos de soberanía preexistentes. No te dejés engañar por este gobierno nacional, querido lector de "Santa Cruz nuestro lugar": al contrario de lo que te dicen, Argentina no busca apropiarse de territorios ajenos...no, no, no. Nuestro país es y seguirá siendo americano, insular y antártico.
En este sentido, el gobierno de Javier Milei ha provocado inquietudes en diversos sectores debido a sus propuestas y políticas que podrían comprometer la defensa de la soberanía argentina. Una de las principales preocupaciones radica en su intención de reducir significativamente el tamaño del Estado y privatizar varios sectores. Esta medida podría afectar áreas estratégicas como la investigación científica y la presencia en la Antártida, que actualmente dependen del financiamiento y la gestión estatal.
Además, las posturas liberales de Milei y su enfoque en el libre mercado podrían llevar a una política exterior más alineada con intereses económicos internacionales. Esto podría debilitar la firmeza en la defensa de territorios como las Islas Malvinas y la Antártida. La reducción del gasto público también podría impactar negativamente a instituciones clave como el Instituto Antártico Argentino, que desempeña un rol crucial en la presencia y la investigación en el continente blanco.
Ahora bien, ¿Por qué, para nuestros numerosos lectores es importante saber esto? Por que la agenda de Milei prioriza otros aspectos económicos sobre la defensa territorial y la soberanía, lo que podría traducirse en una menor atención y recursos destinados a estas áreas. Estas políticas y propuestas generan preocupación sobre la capacidad del país para mantener su presencia y defensa en territorios estratégicos, así como para continuar con su histórica política de desarrollo científico y poblamiento en la Antártida y las Islas Malvinas.
A modo de cierre, no olvidemos aquí que a finales del año pasado el primer mandatario argentino aterrizó en Río Gallegos, se reunió con nuestro actual gobernador, dejándole órdenes precisas y siguió viaje hacia nuestro territorio antártico, para tiempo después -tal y como lo adelantó este medio, antes que cualquier otro- salieran a la luz escalofriantes detalles de la construcción de una nueva Silicon Valley, en un contexto local en el que según ellos, NO HAY PLATA, y nuestro vaciadero municipal es más concurrido que cualquier supermercado. (Me encantaría que esto último fuera una metáfora, pero no).
Por @_fernandocabrera
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