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Foto del escritorFernando Cabrera

Picantes del Sur, la familia más entrañable del voley santacruceño

Es sabido que los clubes deportivos no solo fomentan la actividad física, sino también la convivencia y el desarrollo personal. Son espacios donde se forjan amistades duraderas y se comparten experiencias. Además, tienen un valor histórico y cultural, siendo parte esencial de la identidad de quienes crecieron en ellos. Dicho así, suena acartonado hasta que la vida cobra impensados giros que te devuelven a pelear dentro del 18x9 en posición defensiva.

Mi salida oficial del voley, fue el año 1998, cuando tenía 19 años y la firme decisión de convertirme en escritor. Precisamente, por aquella época jugaba yo en el Club Hindú de Catamarca, en una posición muy pero muy nueva implementada por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB): el líbero. Y recuerdo que dicho jugador tenía dos fundamentos: incrementar la duración de las acciones tácticas, y que los jugadores de menor estatura (yo tengo estatura mediana, pero mi braceo nunca fue el de un digno puntareceptor) pudieran especializarse en defensa.

 

No quiero extenderme en detalles soporíferos; pero, para que el lector de "Santa Cruz nuestro lugar" cace la onda, el líbero tiene unas reglas diferentes que limitan su labor. En términos generales, sólo puede actuar en posiciones defensivas (1, 6 y 5 exclusivamente) y, para hacerla más fácil, es el que usa la camiseta de diferente color al resto de su equipo.

 

El asunto es que jugué dos temporadas en ese club hasta que la "Voluptuosa Literatura" me mostró sus gambas y después me presentó a su esbelta prima, "La vida bohemia" y al cabo de los años, entre los brazos de la una y la otra, me desperté aquí, en Río Gallegos, divorciado y con tres maravillosos vástagos por quienes de a poco empecé a abandonar los círculos dantescos de los vicios y malos hábitos. Y, una vez que estuve completamente rehabilitado, me sentí con la misma energía de aquel jugador que hace 26 años peloteó en la posición inventada por el ruso Yuri Chesnokov.

 

Así que sin pensarlo demasiado consulté, aquí y allá, hasta que algún colega periodista me habló del CLUB SOCIAL, CULTURAL Y DEPORTIVO PICANTES DEL SUR. "Fijate en sus redes sociales", me dijo y así lo hice en abril de este año para ser más exacto. Todo se dio muy rápido. Me recuerdo consultando una fan page de la que inmediatamente y con toda cordialidad me contestaron un tal Maximiliano Ríos y su esposa, una tal Astrid Schoenburg. Sin tanto preámbulo, me indicaron un horario y una cancha a la que asistí un sábado, encontrándome con la familia más grande y entrañable de jugadores de voley de todos los sexos y edades que jamás hubiera imaginado.

 

Peloteando con ellos un par de fines de semana fue que se me acercó un tal Javier Martínez y me dijo "veo que algo le hacés a la pelotita" y me reclutó a los entrenamientos de su equipo "Picantes Retro" en donde anduve desorbitado un par de partidos hasta que mi memoria táctica se refrescó observando y admirando a los otros líberos.

 

En este punto, esta crónica pide a gritos ampliar el foco para visibilizar a esta enorme y variada familia de voleibolistas que en su juego individual y colectivo encriptan la mística de la hermandad tal y como lo marca el propósito del club. Para ello no dudo en reportear a quien me abrió las puertas a Picantes del Sur: Maximiliano Ríos -alias "Maxi", alias "Max"-. Desde sus inicios en Corrientes hasta su participación en equipos locales, su historia es un testimonio de perseverancia y camaradería.

 

Con apenas doce o trece años, Ríos comenzó a practicar vóley en Corrientes capital. La peculiaridad de la competencia diaria lo obligó a perfeccionar sus movimientos en el Club Regatas de Corrientes y el Club Sarmiento de Resistencia.

 

Al mudarse a la provincia de Santa Cruz, Ríos continuó su pasión por el vóley. Jugó en equipos como Hielos Continentales, CAP, Espartanos, Pasión B, Los Bravos del Veinticinco y Los Andes. Su experiencia en la rama masculina de primera categoría dejó huella en la comunidad voleibolística local.

 

El nacimiento de "Picantes del Sur"

"Odiaría olvidarme de alguno" dice Maxi, intentando evocar a a la línea fundadora de esta institución entre la que se destacan nombres como "Astrid Schoenburg, Nico Marcomini, Marina Martinez, Ignacio Córdoba, Cristian Romero, Ever Acevedo, Claudia Patricia Gallardo, Luis Martinez, Lorena Pino, y Romina Alonso".

 

"El nombre del equipo surge de la expresión jugar picante, utilizada para describir saques y ataques fuertes", explica. Max y sus colegas, todos ellos provenientes del ámbito docente y sin experiencia previa en este deporte, formaron el grupo "Picantes del Sur". Aunque las primeras camisetas carecían de números en la parte delantera, el espíritu competitivo y la camaradería los unieron.

 

"Nicolás Marcomini, diseñador gráfico, creó el escudo y las camisetas del equipo. Hoy, más de cuatrocientas camisetas llevan el emblema de Picantes del Sur", asevera. "El grupo, fundado en mayo de 2022, se ha convertido en una comunidad de más de cien personas unidas por su amor al vóley" comenta Maxi, con orgullo, destacando que "actualmente Picantes del Sur cuenta con integrantes de distintos oficios y ramas tales como Salud, Educación, Seguridad, Servicios Públicos, Administración Pública, el periodismo y entes privados".

 

Y asimismo detalla que "el club funciona como una cooperativa, colaborando con escuelas y gimnasios locales. Su historia sigue creciendo, y la pasión por el vóley impulsa a "Picantes del Sur" hacia nuevos desafíos.

 

"En 2023, el equipo masculino debutó en la categoría promocional de la Liga de Vóley de Santa Cruz. Primero surgió "Picantes del Sur Negro" y más tarde en el segundo torneo "Picantes del Sur Rojo". En 2024, el club amplió su presencia en la liga municipal, con tres equipos en la categoría promocional (Negro, Rojo y Retro) y el equipo de primera, "Picantes del Sur Blanco", indica.

 

"En febrero de 2024, se creó el equipo femenino de Picantes del Sur. Rápidamente, las chicas se destacaron en la Liga Independiente y también compiten en la liga municipal. La incursión en la rama femenina atrajo a nuevas jugadoras y generó un impacto positivo en el club. Las chicas cuentan con su propio material y redes sociales" señala.

 

En cuanto al presente del club, Ríos apunta que "en 2024, el equipo masculino "Picantes del Sur Blanco" realizó su primer viaje fuera de Río Gallegos para competir en la Liga de la Cuenca Carbonífera en Río Turbio. Este hito marca un paso significativo para el club y su crecimiento. En resumen, "Picantes del Sur" cuenta con seis equipos en competencia, abarcando categorías masculinas, femeninas y mixtas. Su espíritu de camaradería y pasión por el vóley sigue impulsando su éxito."

 

"Camaradería" y "éxito" son justamente las palabras que más fuerte resuenan sobre el final de sus declaraciones. Y tal vez en ellas se sintetiza el espíritu y la identidad de cada "jugador picante", al vestir con orgullo la camiseta de la familia más entrañable del voley santacruceño.

Por @_fernandocabrera


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