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  • Foto del escritorSanta Cruz Nuestro Lugar

Persecuciones de tránsito y las tragedias que se repiten

Esta madrugada falleció Rodrigo Oyarzo, un joven que fue impactado por un móvil de Tránsito Municipal a altísima velocidad mientras realizaba -según testigos y material fílmico- una persecución a otro vehículo. Los antecedentes fatales de 2012 y 2017.

Hoy Río Gallegos amaneció con la tristísima noticia de la pérdida de la vida de Rodrigo “Cokito” Oyarzo, un reconocido y querido vecino del ambiente “tuerca” local que falleció producto de un fuertísimo impacto en el Volskwagen Gacel en que se movilizaba por parte de una camioneta Ford Ranger, móvil de Tránsito Municipal en las intersecciones de Av. San Martín y Mariano Moreno.


Son horas convulsionadas para la ciudad capital luego de la muerte del joven de 28 años, la mira pública nuevamente está puesta en la intervención de las áreas de seguridad vial y tránsito luego de que cada cierto tiempo se difundan diferentes filmaciones con registro de persecuciones en distintos puntos de la ciudad y que hoy se cobra una nueva vida.


Existen ya en nuestro ámbito dos antecedentes fatales, el 18 de diciembre de 2012 el joven Cesar Solis murió a causa de un severo traumatismo de cráneo luego de que volcara la Renault Sandero Stepway en la que se movilizaba junto a otras dos personas en la calle Gobernador Mayer luego de doblar por la Av. San Martín, testigos y familiares indicaron que se encontraban huyendo a alta velocidad de la persecución de un móvil afectado a tránsito policial.


En tanto cinco años después, el 9 de julio de 2017, falleció Nehuen Orellana, un joven 21 años, luego de que el Fiat Palio en el que iba de acompañante perdiera el control mientras era perseguido por un móvil de tránsito e impactara contra un árbol también en la calle Gobernador Mayer. El conductor del vehículo en que se trasladaba Nehuen fue juzgado y sentenciado a tres años de prisión en suspenso.


Las persecuciones de tránsito son peligrosas tanto para los inspectores y oficiales como para las personas involucradas y las que no. Los riesgos de las mismas incluyen accidentes automovilísticos, lesiones físicas y también la pérdida de vidas.


Además, hay situaciones en las que la infracción de tráfico en cuestión no justifica la necesidad de una persecución peligrosa, por lo que muchas jurisdicciones han implementado políticas para limitar las persecuciones de tránsito, reservándolas exclusivamente para situaciones en las que se ha cometido un delito grave o hay una amenaza inmediata para la seguridad pública.


Se debe insistir institucionalmente en que la seguridad pública es más importante que el objetivo de perseguir a un posible infractor en particular. Ya tres vidas se han perdido por este inentendible accionar…

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