Se trata del profesor de música que en 2012 había sido condenado a 19 años de prisión por “corrupción de menores” contra al menos 6 niños del jardín maternal en el que trabajaba, pena reducida 10 años por el Tribunal Superior de Justicia con cambio de tipificación a “abuso sexual simple”. En los últimos días fue condenado a 15 años más de prisión de cumplimiento efectivo por “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por la guarda”, Roberto Subirá utilizó sus redes sociales para defenderse.
En este último juicio, el Dr. Alejandro Monzón -del estudio Roberto Saldivia & Asociados- es el letrado defensor de Subirá, quien expuso que su defendido contaba con salidas transitorias aunque nuevamente fue procesado con prisión preventiva por la causa que finalmente lo terminó condenando por abuso sexual en el ámbito intrafamiliar. Una vez confirmada la sentencia por parte del tribunal conformado por Jorge Yance, María Alejandra Vila y Joaquín Cabral, el abogado defensor que había solicitado la absolución de su cliente manifestó que apelarán el fallo. Además, en la sentencia se ordena la inscripción en el marco de la Ley Provincial N° 3.659 de “Registro de Agresores Sexuales”.
En ese marco, Roberto Subirá que utiliza frecuentemente sus redes sociales para expresar su inocencia pese a tener ahora dos condenas por distintos delitos relacionados a la integridad sexual contra las infancias, señaló: “Hoy es un día para que se regodeen y celebren a lo grande. Como pidieron en el Debate: “Lo único que queremos es que este tipo no salga nunca más de la cárcel”. Muy bien, lo lograron”. Y agregó “Voy a decir una cosa más. Les juro que no van a ser sólo los míos los que sufran por esto. 27 años de cárcel. Ya no me importa nada”, cerró.
El debate y la polémica del motivo por el que un hombre condenado en dos oportunidades por distintos hechos de abuso sexual contra las infancias tiene acceso a un celular y a redes sociales está abierto, con la indignación de parte de la comunidad por la situación y el beneficio que esto significa para un agresor sexual.
El abuso sexual contra los Niñas, Niños y Adolescentes es una de las peores formas de violencia. Las víctimas sufren un daño irreparable a su integridad física, psíquica y moral. Se daña su derecho a la integridad, la intimidad, la privacidad y, principalmente, se vulnera el derecho a no ser expuesto a ningún tipo de violencia, abuso, explotación o malos tratos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 hombres adultos declararon haber sufrido abusos sexuales en la infancia.
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