Antonia "Macagua" Gueche, una figura siniestra, lideró una banda que aterrorizó la Patagonia entre 1905 y 1910. Con más de 80 seguidores, atraían a sus víctimas a sus asentamientos mediante engaños, los embriagaban y luego los asesinaban brutalmente.
Durante los primeros años del siglo XX, Gueche y su grupo de delincuentes y caníbales asesinaron al menos a cuatro comerciantes árabes en la región. Este accionar quedó registrado en un sumario de más de 900 fojas, conservado en el Archivo de Justicia de Río Negro. A estos crímenes se les denominó "La matanza de los turcos", aunque las víctimas incluían también a personas de El Líbano.
Existen dos versiones sobre el destino final de Gueche y sus cómplices, pero ambas coinciden en que lograron evadir la justicia gracias a sus conexiones con individuos poderosos de la época.
Los cómplices de "Macagua", al ser capturados, revelaron que ella mutilaba a sus víctimas, extrayendo órganos que luego disecaba para crear amuletos y realizar hechizos. Estos testimonios fueron corroborados cuando la policía encontró restos humanos disecados durante los allanamientos.
Además, los cómplices confesaron que, tras extraer las vísceras, cortaban partes del cuerpo para asarlas y consumirlas. Los miembros de la banda comían estos restos humanos por temor a los "gualichos" de Gueche, normalizando incluso el desayuno con "filetes" de turcos recién sacrificados.
Las detenciones se produjeron tras la desaparición del mercader José Elías Dau y su ayudante en 1908. El jefe policial José Torino, encargado del operativo, describió a Gueche como una anciana moribunda, postrada en una cama con tuberculosis avanzada y sífilis. Sin embargo, semanas después, se informó que "Macagua" había sido vista deambulando por el desierto en buen estado de salud.
Torino, sintiéndose engañado, envió una comisión policial a la toldería de "Macagua", pero la encontró desierta. Sobre una mesa, hallaron una nota firmada por un influyente patrón de estancia, pidiendo al comisario que dejara en paz a la mujer, describiéndola como una "buena persona".
Desde entonces, el paradero de Gueche se convirtió en un misterio, aunque hubo rumores de que fue vista en el norte de Neuquén hasta el final de sus días. Otra versión sugiere que fue detenida, pero liberada junto a sus cómplices por órdenes superiores, a pesar de las pruebas contundentes en su contra.
Sobre el final de esta columna, sospecho que al lector de "Santa Cruz nuestro lugar" le estaría haciendo falta saber un poco más acerca de la bruja en cuestión. Por lo que agregaré que Antonia "Macagua" Gueche, conocida también como la "Machi Macagua", es una figura envuelta en misterio y terror en la historia de la Patagonia. Se cree que nació a mediados del siglo XIX en una comunidad indígena de la región. Desde joven, Macagua mostró habilidades en la medicina tradicional y los rituales espirituales, lo que le permitió ganar respeto y temor entre su gente.
A medida que crecía, Macagua se involucró en actividades delictivas, formando una banda que combinaba prácticas de brujería con crímenes atroces. Su conocimiento de las hierbas y los rituales le permitió manipular a sus seguidores y víctimas, consolidando su liderazgo
A lo largo de los años, su figura se convirtió en una leyenda oscura, con relatos que la describen como un hombre vestido de mujer, o una anciana temida y respetada, capaz de evadir la justicia gracias a sus conexiones con personas influyentes de la época.
Por @_fernandocabrera
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