Un nuevo récord nominal. Este lunes, el dólar paralelo registró una suba que rondó los 20 pesos y operó a $462 para la venta acumulando un incremento de 54 pesos en una semana, había cerrado a $408 el lunes pasado. El temor de que alcance los $500 en breve.
Hay muchas interpretaciones por estas horas sobre el derrotero de la moneda nacional, con algunas razones que son constantes y gozan de cierto consenso: la brecha insaciable entre la oferta y la demanda, un país que necesita más dólares de los que recibe de sus exportaciones, una deuda externa inmensa que cada año centrifuga miles de millones en pagos a los acreedores, una inflación imparable que convierte al dólar en moneda de refugio, un gasto público excesivo y la baja credibilidad en las medidas de gestión del gobierno para equilibrar cuentas.
En este marco y con el auge de la Inteligencia Artificial, desde portales que analizan la cuestión económica se le consultó a ChatGPT, software diseñado por la empresa OpenAI para sostener conversaciones fluidas o generar textos convincentes: ¿Qué podría hacer el Gobierno para que los argentinos confíen en el peso?
Esta fue su respuesta.
Hay varias medidas que el gobierno podría tomar para mejorar la confianza en el peso y reducir la presión sobre la moneda nacional:
Estabilidad macroeconómica: El gobierno debería implementar políticas que garanticen una estabilidad macroeconómica y reduzcan la inflación y el déficit fiscal.
Reformas estructurales: El gobierno podría implementar reformas estructurales para mejorar la competitividad de la economía y aumentar la confianza en el futuro económico del país.
Transparencia y estabilidad política: La transparencia y la estabilidad política también son importantes para mejorar la confianza en el peso. El gobierno debería demostrar su compromiso con la democracia y el Estado de derecho, y evitar cambios abruptos en las políticas económicas.
Fomentar el crecimiento económico: El gobierno podría fomentar el crecimiento económico a través de políticas pro-crecimiento y pro-empleo, lo que podría mejorar la confianza en la economía y la moneda nacional.
Más allá de esto, en el país nos estamos acostumbrando con tristeza a que los records nominales del dólar blue sean cada vez más seguidos con subas que ya no asombran, así como los índices inflacionarios que crecen mensualmente aplastando al poder adquisitivo y condicionando reuniones paritarias a la baja, con una “propuesta” de dolarización sin demasiado sustento argumentativo e incluso con las críticas teóricas conceptuales y de implementación práctica de especialistas de prácticamente la totalidad del arco político pero encontrando en la desesperación por la situación de muchas familias argentinas un caldo de cultivo que en un año electoral desde la política puede tener su incidencia en las urnas. Un panorama por demás complejo.
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