El abandono de perros es un problema público creciente y silencioso que, si bien afecta a comunidades en general, en nuestra ciudad tiene un impacto negativo importante. A pesar de los esfuerzos de las ONG´s y activistas, la cifra de perros abandonados sigue en aumento.
El abandono de perros por parte de “dueños irresponsables” ha experimentado un aumento significativo en los últimos años, al punto de ser una postal clásica de muchos barrios de la ciudad la presencia de perros sin hogar deambulando en busca de comida para sobrevivir. Aunque el esfuerzo de las distintas personas que empatizan con la realidad de estos perros es enorme, lejos nos encontramos de tener una solución.
Las causas de esta situación problemática son diversas, desde la inestabilidad económica que dificulta el costear el cuidado de mascotas, incluyendo alimentos, atención veterinaria y otros gastos asociados, los cambios en la vida personal como mudanzas, divorcios o la llegada de un nuevo miembro a la familia, la falta de educación sobre la responsabilidad de ser dueño de una mascota, la “cultura del descarte” y esa idea nefasta de que las mascotas son desechables y la falta de empatía hacia los animales también desempeñan un papel importante en el agravamiento de esta situación.
Las consecuencias del abandono de perros no solo afectan a los animales, sino que también tiene un impacto en la sociedad en general. Los perros abandonados superan en número la respuesta que la comunidad comprometida con la vida animal puede brindar, enfrentan cotidianamente un alto riesgo de enfermedades, hambre y maltrato en las calles.
Frente a esta realidad, es esencial tomar medidas a nivel individual, colectivo e institucional de las áreas correspondientes: educar a la comunidad sobre las responsabilidades que implica ser dueño de un perro, incluyendo la importancia de la esterilización y castración es fundamental así como establecer programas de apoyo para las personas que enfrentan dificultades económicas y necesitan ayuda para cuidar de sus mascotas, fomentar la adopción, brindar apoyo financiero y voluntario a las ONG´s y activistas animalistas y especialmente fortalecer con recursos financieros y humanos a las áreas estatales correspondientes intervinientes en el tema.
El abandono de perros es una crisis que requiere atención inmediata y esfuerzos concertados de la sociedad en su conjunto. Solo a través de la educación, la conciencia pública y la acción colectiva podemos esperar reducir el sufrimiento de miles de perros sin hogar y avanzar hacia un futuro en el que todos los “callejeritos” tengan la oportunidad de vivir en un hogar amoroso y seguro.
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