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Foto del escritorFernando Cabrera

Filtros de Pobreza en Santa Cruz: ¿Solución o Más Exclusión?

En medio de un contexto de aumentos desmedidos en los precios del gas, el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, ha decidido implementar un subsidio destinado a las familias más vulnerables de la provincia. Aunque esta medida, anunciada por fuentes cercanas al mandatario y confirmada por PATAGONIA TV, busca mitigar el impacto de los recientes incrementos dispuestos por el gobierno nacional, no deja de ser una solución que plantea serias dudas.

La metodología empleada para determinar quiénes serán los beneficiarios de este subsidio es, cuanto menos, cuestionable. Vidal ha instruido a su gabinete para que, a través del Ministerio de Desarrollo Social, Igualdad e Integración, se elabore un padrón que identifique a los sectores y familias con mayores necesidades. Este proceso incluirá la solicitud de informes a empresas como Distrigas y Camuzzi para cruzar bases de datos y obtener un panorama socioeconómico detallado.

 

Sin embargo, esta iniciativa se asemeja más a un "filtro de la pobreza" que a una verdadera solución. Las familias deben demostrar su vulnerabilidad para acceder a un beneficio esencial, lo que podría generar largas filas y trámites burocráticos que, lejos de aliviar la situación, podrían agravar la sensación de exclusión y desesperanza entre los más necesitados. ¿Es justo que quienes ya están en una situación precaria deban pasar por un escrutinio adicional para recibir ayuda?

 

El subsidio, que tendrá una vigencia inicial de 90 días, parece más una medida paliativa que una solución estructural. La implementación de estos "filtros de pobreza" no solo pone en tela de juicio la dignidad de las personas, sino que también perpetúa un sistema donde la ayuda se convierte en una carrera por demostrar quién es más pobre. En lugar de simplificar el acceso a los recursos, se complica aún más la vida de quienes ya están en una situación vulnerable.

 

Es crucial que el gobierno provincial asegure un proceso transparente y eficiente, evitando que la ayuda se convierta en una competencia por la pobreza. La dignidad de las personas no debe ser puesta a prueba en un sistema que debería estar diseñado para proteger y asistir a los más vulnerables sin someterlos a un escrutinio innecesario.

 

El éxito de esta medida traída de los pelos (de los pelos de la peluca de Milei) dependerá de la capacidad del gobierno para implementar un sistema justo y accesible, que no convierta la pobreza en un filtro, sino en una oportunidad para construir una sociedad más equitativa y solidaria.

Por @_fernandocabrera


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