El panorama político santacruceño se ve nuevamente sacudido por un escándalo que expone la fragilidad de sus instituciones y la permisividad con la que ciertos dirigentes se mantienen en el poder. Fernando Españón, actual presidente del bloque mayoritario en la Legislatura provincial, enfrenta denuncias por malversación de fondos, abuso de poder y abuso sexual. A pesar de semejante prontuario, no solo conserva su banca, sino que además ha sido designado en el Consejo de la Magistratura: ¡el organismo encargado de seleccionar jueces!
Las acusaciones que pesan sobre Españón han llevado a que se impulse su desafuero en la Cámara de Diputados, una medida que sería clave para que la Justicia pueda avanzar sin obstáculos. No obstante, este caso también pone sobre la mesa un debate más amplio: ¿existe en Santa Cruz una normativa que impida a personas con antecedentes judiciales ocupar cargos públicos?
A nivel nacional, el oficialismo promueve el proyecto de "Ficha Limpia", cuyo objetivo es evitar que quienes tengan condenas en primera instancia accedan a posiciones de representación política y administración de recursos estatales. La iniciativa busca fortalecer la transparencia y erradicar la impunidad enquistada en la clase dirigente. Sin embargo, en la provincia no hay claridad sobre la aplicación de un criterio similar para sus funcionarios.
El caso Españón refleja cómo el poder político sigue protegiendo a ciertos actores, sin importar las denuncias en su contra.
A esta altura, el buen lector de "Santa Cruz nuestro lugar" seguramente estará advirtiendo la obscena y evidente contradicción: mientras se impulsa un discurso de renovación y ética, se permite que alguien con graves acusaciones integre un organismo clave para la designación de magistrados.
El pedido de desafuero será un termómetro para medir hasta dónde llega la voluntad de la Legislatura en la lucha contra la corrupción y el abuso de poder. Si la provincia realmente aspira a una política limpia y con valores democráticos, este es el momento de demostrarlo. Caso contrario, Españón seguirá siendo un símbolo más de cómo el sistema protege a los suyos, sin importar los costos para la sociedad.
Por @_fernandocabrera
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