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Foto del escritorFernando Cabrera

Entre hechiceros y poetas

La magia y la poesía tienen mucho en común. Ambas buscan crear un efecto en el mundo a través de las palabras, ya sea para modificar la realidad, expresar emociones o comunicar ideas. Las palabras tienen un poder simbólico y creativo que puede ser usado de diferentes maneras.

Los conjuros y hechizos son formas de magia que se basan en el uso de palabras específicas, combinadas con otros elementos como gestos, objetos o rituales. Los conjuros y hechizos tienen una intención clara y un objetivo concreto: lograr un cambio en el mundo, ya sea para bien o para mal. Por ejemplo, un conjuro puede servir para atraer el amor, curar una enfermedad o protegerse de un peligro.


La poesía y la lírica son formas de arte que se basan en el uso de palabras con una intención estética, expresiva o comunicativa. La poesía y la lírica tienen una finalidad más abierta y subjetiva: crear belleza, transmitir sentimientos o reflexionar sobre la vida. Por ejemplo, un poema puede servir para alabar la naturaleza, declarar el amor o criticar la sociedad.


Sin embargo, a pesar de estas diferencias, los conjuros y hechizos también pueden tener una dimensión poética y las técnicas y estilísticas de la poesía y la lírica también pueden tener una dimensión mágica. Veamos algunos ejemplos:


Los conjuros y hechizos suelen usar recursos como la rima, el ritmo, la aliteración, la repetición o la metáfora para darle más fuerza y sonoridad a las palabras. Estos recursos también son propios de la poesía y la lírica, que buscan crear un efecto musical y sugerente en el lector o el oyente. Por ejemplo, el famoso conjuro de las brujas de Macbeth dice: "Double, double toil and trouble; Fire burn and cauldron bubble" (Doble, doble trabajo y problemas; Fuego arde y caldero burbujea). Este conjuro usa rima, aliteración y metáfora para crear un ambiente tétrico y misterioso.


Asimismo, a poesía y la lírica suelen usar recursos como la invocación, la personificación, la hipérbole o el símbolo para darle más significado y profundidad a las palabras. Estos recursos también son propios de la magia, que busca establecer una conexión con otras realidades o entidades. Por ejemplo, el famoso poema de Rubén Darío dice: "Yo soy aquel que ayer no más decía / el verso azul y la canción profana / en cuya noche un ruiseñor había / que era alondra de luz por la mañana". Este poema usa invocación, personificación e hipérbole para crear una identidad poética.


De esta manera, los conjuros y hechizos y las técnicas y estilísticas de la poesía y la lírica tienen una relación muy estrecha e interesante. Ambas formas de usar las palabras pueden tener un efecto mágico o poético en el mundo.


En este sentido, se pueden dar algunos ejemplos de cómo la disposición fonemática de los versos puede tener un efecto mágico o poético. La disposición fonemática se refiere a la forma en que se organizan los sonidos de las palabras dentro de un verso, teniendo en cuenta aspectos como la rima, el ritmo, la acentuación, la asonancia, la consonancia, etc. Veamos algunos casos:


Un ejemplo de un conjuro que usa una disposición fonemática muy elaborada es el que aparece en el libro Harry Potter y la piedra filosofal, de J.K. Rowling. El conjuro dice: "Oculus reparo" (Eye repair). Este conjuro usa una rima perfecta entre las dos palabras, que además tienen la misma cantidad de sílabas y el mismo acento.


Estos recursos le dan al conjuro una sonoridad muy armónica y fácil de recordar, lo que puede ayudar a que funcione mejor.


Otro ejemplo de un poema que usa una disposición fonemática muy creativa es el que aparece en el libro Rayuela, de Julio Cortázar. El poema dice: "Amor mío / no te quiero por vos ni por mí / ni por los dos juntos / no te quiero porque la sangre me llame a quererte / te quiero porque no sos mía / porque estás del otro lado / ahí donde me invitás a saltar y no puedo dar el salto / porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí / no me posees / te adueñás como una bruma y no sé cuándo me rodeas / te quiero por esa grieta que hay en vos / por esa falla geológica de tu ser / por esa herida que sangra y no se cierra". Este poema usa una disposición fonemática muy original, que rompe con las normas tradicionales de la poesía. No usa rima ni métrica fija, sino que juega con los contrastes entre las palabras y los sonidos. Por ejemplo, usa palabras opuestas como "quiero" y "no quiero", "mía" y "no mía", "saltar" y "no puedo", etc. También usa palabras con sonidos fuertes como "sangre", "llame", "salto", etc., que contrastan con otras más suaves como "bruma", "grieta", "falla", etc. Estos recursos le dan al poema una expresividad muy intensa y emotiva, que refleja el sentimiento del hablante.


La acústica de la disposición fonemática se refiere al estudio de cómo los sonidos se organizan y se combinan para producir efectos en el habla. La disposición fonemática que usaban los hechiceros para mover objetos era una forma de magia basada en el poder de las palabras y los sonidos. Los hechiceros creían que al pronunciar ciertas palabras o fórmulas con una entonación, ritmo y acentuación específicos podían influir en la realidad y manipular las fuerzas naturales. Por ejemplo, en la antigua Roma, los magos usaban conjuros escritos en tablillas de plomo o cera que luego enterraban o clavaban en lugares estratégicos para lograr sus fines. Estos conjuros solían tener una estructura fija que incluía el nombre del mago, el nombre del objetivo, la acción deseada y la invocación a alguna divinidad o espíritu. Los conjuros también usaban recursos fonéticos como la rima, la aliteración, la repetición o la metáfora para darle más fuerza y sonoridad a las palabras.


La disposición fonemática que usaban los hechiceros para mover objetos también tenía que ver con el uso de las plumas, las tintas y los tinteros. Estos elementos eran indispensables para escribir los conjuros, pero también tenían un valor simbólico y mágico. Las plumas eran objetos únicos y preciados que se obtenían de diferentes aves según el tipo de escritura o el efecto deseado. Las tintas eran sustancias que se elaboraban con ingredientes naturales o artificiales que podían tener propiedades mágicas. Los tinteros eran recipientes que se usaban para contener las tintas y que podían tener distintas formas, materiales y colores según el tipo de magia o el objetivo perseguido.


Viene al caso, observar que la disposición fonemática que usaban los hechiceros para mover objetos también tenía que ver con el conocimiento de la fonética articulatoria, es decir, el estudio de cómo se producen los sonidos del habla mediante la intervención de los órganos del aparato fonador. Los hechiceros sabían cómo articular los sonidos de forma precisa y adecuada para lograr el efecto mágico deseado. También sabían cómo variar la intensidad, la duración, el tono y la calidad de los sonidos para crear diferentes matices y emociones en el habla.


En este sentido, la acústica de la disposición fonemática que usaban los hechiceros para mover objetos era una forma de magia muy compleja y sofisticada que requería un dominio de las palabras, los sonidos, la escritura y la articulación. Los hechiceros usaban estos recursos para crear conjuros que podían alterar la realidad y controlar las fuerzas naturales.


En la antigua Grecia, se usaban hechizos llamados “epoidai” para atraer o alejar a las personas o las cosas. Estos hechizos consistían en versos cortos que se repetían varias veces con una entonación especial. Por ejemplo, para atraer a alguien se podía decir: "Ven, ven, ven, ven, ven, ven.


En el antiguo Egipto, se usaban hechizos llamados “hieratika” para manipular la materia y la energía. Estos hechizos consistían en versos escritos en jeroglíficos que se pronunciaban con una melodía específica. Por ejemplo, para mover una piedra se podía decir: “ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr ḥrj nfr …” que significa “hermoso es hermoso es hermoso es hermoso es hermoso.


En la antigua China, se usaban hechizos llamados “shu” para controlar la fuerza vital. Estos hechizos consistían en versos escritos en caracteres chinos que se recitaban con una respiración rítmica. Por ejemplo, para mover el agua se podía decir: “水水水水水水水水水水水水水水水水水水水" que se traduce en "agua, agua, agua, agua..."


Es así que todos estos conjuros, nos demuestran que tanto poetas cómo hechiceros saben que la palabra, antes de significar, suena.


No por nada, el autor anónimo de este viejo conjuro para atraer el amor, cuál poeta, usa la rima asonante en -a y la aliteración de /l/ y /m/ con el fin de crear un efecto de musicalidad y dulzura:


"Luna llena, luna clara, dame el amor que me falta, que venga a mí quien me ama, que no me olvide ni me engaña."


No por nada, el verso de Federico García Lorca, de su “Romance sonámbulo” reza:

"Verde que te quiero verde./ Verde viento. Verdes ramas", implementando cuál hechicero la asonancia en -e para crear un efecto de musicalidad y armonía, que se asocia con el color verde y la naturaleza; además de emplear la aliteración de /v/ y /r/ para enfatizar el sonido del viento y las ramas.


Los brujos de Chiloé

En la patagonia los brujos de Chiloé son un tema insoslayable. La historia entremezclada con la mitología, los sitúa en el archipiélago del sur de Chile en la Región de los Lagos. Se dice que practican una brujería vinculada a la cultura y la naturaleza de la zona, y que tienen una organización secreta llamada Recta Provincia.


Los brujos de Chiloé se inician en la brujería mediante un pacto con el Diablo, que les otorga poderes sobrenaturales a cambio de su alma. Para ejercer su magia, los brujos usan diversos objetos, como el macuñ, un chaleco hecho con piel humana; el chonchón, un pájaro que es la cabeza del brujo transformada; el invunche, un niño deformado que custodia la cueva donde se reúnen los brujos; y el caballo marino, un animal que les sirve de transporte por el mar.


Los brujos de Chiloé realizan sus rituales en una cueva llamada Quicaví, donde celebran sus aquelarres y rinden culto al Diablo. Allí también juzgan y castigan a los traidores, a los enemigos y a los que no cumplen con sus deberes. Los brujos pueden curar o dañar a las personas, según su voluntad o la de sus clientes, usando sus hechizos, sus pociones o sus muñecos de cera.


La brujería de Chiloé es una expresión de la rica y diversa cultura de este archipiélago, que mezcla elementos indígenas, españoles y europeos. Es también una forma de resistencia y rebeldía frente al poder establecido, ya sea colonial, religioso o político. Los brujos de Chiloé son, al mismo tiempo, temidos y respetados por los habitantes de la isla, que los ven como portadores de un saber ancestral y misterioso.


Los hechizos y conjuros patagónicos

Bajo en influjo de los brujos de Chiloé, los versos de los conjuros patagónicos se valían de recursos propios de la poesía para crear una atmósfera misteriosa, sugestiva y envolvente, que favoreciera la comunicación con el mundo invisible. Así, se podían escuchar frases como:

_En el nombre de la Luna y del Sol

yo te conjuro, espíritu del mal,

que te alejes de esta casa y de este hogar,

y que no vuelvas nunca más a molestar.


O bien:

Por el poder de la tierra y del mar,

por el fuego que arde y el viento que sopla,

_yo te pido, espíritu de la salud,

que me cures esta herida y me des tu virtud._


Estos ejemplos muestran cómo los hechiceros patagónicos usaban la disposición fonemática y la orquestación sonora para crear una poesía fonética, es decir, una poesía basada en los recursos sonoros de la lengua, que se transmitía mediante la declamación. Esta poesía fonética era una forma de expresión artística, pero también una forma de conocimiento y de acción sobre la realidad. Lo que ciertamente nos deja preguntándonos si, acaso, es la poesía hechicería; o visceversa.

Por @_fernandocabrera

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