En medio de la tormenta política que rodea al expresidente argentino Alberto Fernández, un caso de gran relevancia social ha quedado relegado en la agenda mediática: el de Loan, una víctima de trata de personas. Este fenómeno, que afecta a miles de personas en todo el mundo, se caracteriza por su poder insidioso y su capacidad para operar en las sombras.
Las fotos y videos filtrados en medio de la denuncia por presunta violencia machista presentada por la ex primera dama Fabiola Yáñez contra Alberto Fernández han dejado en "shock" al peronismo y más aun a la opinión pública. El expresidente, al que su antigua pareja acusó de golpearla en varias ocasiones, ha negado ser autor de estos hechos. Sin embargo, las anécdotas que han surgido en torno a su supuesta personalidad agresiva han eclipsado otros temas importantes: el tráfico de menores.
Y estamos hablando de Loan, Danilo Peña, el correntino de cinco años que tiene paradero desconocido desde el jueves 13 de junio. Su historia es desgarradora: secuestrado, vendido y quién sabe si explotado por una red criminal que opera con una impunidad descomunal. A pesar de los esfuerzos de organizaciones y activistas, su caso ha quedado en segundo plano debido al escándalo político que envuelve al poco exitoso expresidente Alberto Fernández.
La trata de personas es un negocio lucrativo y clandestino. Las redes criminales se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas, traficándolas con fines de explotación sexual, laboral o incluso para la extracción de órganos. Su poder radica en su invisibilidad y en la corrupción que permea a nivel global. Políticos, empresarios y funcionarios pueden estar involucrados, lo que dificulta aún más su erradicación.
En este sentido, el escándalo de Alberto Fernández ha desviado la atención de temas cruciales como la trata de personas. Es imperativo que la sociedad y los medios no olviden a las víctimas y continúen exigiendo justicia. El poder de la trata es titánico, pero nuestra determinación para combatirlo debe ser aún mayor.
Es por eso que debemos poner el ojo en la Influencia de los medios en la opinión pública, fenómeno también conocido como la "Teoría de la Agenda Setting".
Ésta sostiene que los medios de comunicación poseen un poder significativo para influir en la percepción pública de los temas y problemas relevantes en la sociedad. A través de su selección y presentación de noticias, los medios no solo informan, sino también moldean la agenda de lo que el público considera importante.
Los medios deciden qué temas merecen atención y cuáles no. Al destacar ciertos asuntos y relegar otros, influyen en la percepción colectiva. Por ejemplo, si un escándalo político ocupa la mayoría de los titulares, temas como la trata de personas pueden quedar en segundo plano, como sucede ahora con el caso de Loan.
La forma en que los medios presentan la información también afecta la opinión pública. Si un tema se aborda de manera negativa o sensacionalista, es más probable que el público desarrolle una opinión similar. Los medios pueden enfocarse en aspectos específicos, omitir detalles o utilizar lenguaje persuasivo para moldear la percepción.
La agenda de los medios se convierte así en la agenda pública. Cuando los medios repiten ciertos temas o enfoques, estos se internalizan en la mente de las personas. La repetición constante crea una realidad percibida, influyendo en las actitudes y creencias colectivas.
En resumen, la teoría de la agenda setting nos recuerda que los medios no solo informan sobre la realidad, sino que también contribuyen a construirla.
No por nada es que terminando esta columna para "Santa Cruz nuestro lugar" es que me viene a la mente la frase del célebre escritor Oscar Wilde quien alguna vez dijo que "la opinión pública, solo existe en donde no hay ideas".
Por @_fernandocabrera
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