Por estas fechas, en las páginas de la historia argentina, la figura del Sargento Juan Bautista Cabral emerge como un enigma que siempre me deslumbra. Su valentía en el Combate de San Lorenzo, su sacrificio heroico al socorrer al entonces Coronel José de San Martín y su pertenencia al Regimiento de Granaderos a Caballo han dejado una huella imborrable en la iconografía patriótica. Sin embargo, ¿qué sabemos realmente sobre este soldado afroindígena?
Cabral, nacido en Saladas, Corrientes, en 1789, es un personaje rodeado de misterio. Su origen zambo, hijo de un indígena guaraní y una esclava angoleña, añade capas de complejidad a su historia. Aunque algunos relatos lo elevan a cabo y sargento en las filas del ejército, otros lo relegan a la categoría de soldado raso. ¿Quién fue realmente Cabral?
La escasa evidencia documental dificulta la reconstrucción de su vida. Sin embargo, su momento crucial llegó en el campo de batalla. Durante el combate, cuando el fuego enemigo derribó la montura de San Martín, Cabral se lanzó al rescate. Desafiando las bayonetas realistas, lo ayudó a incorporarse, protegiéndolo con su propio cuerpo. Su valentía y lealtad quedaron selladas en la memoria colectiva.
Pero aquí surge la paradoja: ¿qué importa más, la realidad histórica o la leyenda? Aunque algunos cuestionan la falta de pruebas contundentes sobre su existencia, no podemos negar su impacto simbólico. Cabral personifica la lealtad, la entrega y la valentía en tiempos de lucha por la independencia. Como tantos otros héroes, su figura trasciende la veracidad factual para inspirar a generaciones futuras.
En última instancia, quizás no necesitemos pruebas irrefutables de su existencia. El Sargento Cabral, ya sea real o legendario, nos recuerda que la lealtad y el sacrificio son virtudes atemporales. Su ejemplo sigue inspirando, y eso, en sí mismo, es un legado valioso para nuestra nación y para los extraños tiempos de "libertad" en que vivimos.
Por @_fernandocabrera
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