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Foto del escritorFernando Cabrera

El Egregor: un fenómeno oculto que moldea la conciencia colectiva

En el mundo de lo esotérico y lo místico, el concepto de Egregor representa una entidad colectiva que surge de la unión de las energías, emociones y la fe compartida por un grupo de personas. Este término, con raíces en el griego antiguo, se asocia con la vigilancia o estado de alerta en los círculos ocultistas y se cree que puede influir en los pensamientos y comportamientos de aquellos que lo alimentan.

En la Nueva Era, donde se busca la conexión espiritual y la iluminación personal, los grupos pueden involucrarse en prácticas como meditaciones grupal, rituales de curación o ceremonias de alineación cósmica. Estas actividades, aunque bienintencionadas, pueden inadvertidamente dar forma a un Egregor si las personas involucradas comparten una visión o intención común que se fortalece con cada encuentro.




 

Las sectas, por otro lado, a menudo se caracterizan por su estructura jerárquica y su enfoque en la adhesión a una doctrina específica. Los miembros pueden participar en rituales que reafirman su lealtad al grupo y su líder. A través de estas prácticas colectivas, un Egregor puede surgir, influenciando a los individuos para que actúen en armonía con los objetivos del grupo, a veces incluso a expensas de sus propios deseos o bienestar.

 

En el ámbito político, los partidos y movimientos pueden formar un Egregor cuando sus miembros comparten una ideología fuerte y trabajan juntos para promover sus agendas. Las campañas políticas, las manifestaciones y las discusiones grupales son ejemplos de cómo las energías colectivas pueden dar vida a un Egregor que busca influir en la sociedad y en las decisiones políticas.




 

El inconsciente colectivo, un concepto introducido por el psicoanalista Carl Jung, se refiere a la parte de la psique humana que alberga las experiencias y conocimientos compartidos por toda la humanidad. Este nivel más profundo del inconsciente es donde se encuentran los arquetipos, es decir, las imágenes y patrones universales que emergen en las culturas y sociedades a lo largo del tiempo.

 

La relación entre el Egregor y el inconsciente colectivo es fascinante, ya que ambos involucran la manifestación de ideas y energías compartidas por un grupo. Mientras que el Egregor se forma a través de prácticas colectivas y rituales específicos, el inconsciente colectivo es una fuente más amplia de influencia que puede dar forma a los valores, creencias y comportamientos de una sociedad. Los Egregores pueden ser vistos como manifestaciones concretas o "cuerpos" del inconsciente colectivo, representando las intenciones y emociones compartidas que emergen en el mundo físico.




 

Por ejemplo, un movimiento social puede surgir impulsado por un Egregor que refleja un arquetipo del inconsciente colectivo, como la búsqueda de justicia o la lucha contra la opresión. Este Egregor puede guiar las acciones de los individuos dentro del movimiento, alineándolos con una visión más amplia que trasciende sus experiencias personales. De esta manera, el Egregor actúa como un puente entre el mundo individual y el mundo colectivo, permitiendo que las energías del inconsciente colectivo influyan en la realidad tangible.

 

En conclusión, el concepto del Egregor nos recuerda la poderosa influencia que puede tener un grupo sobre sus miembros. Ya sea en la búsqueda espiritual, dentro de una secta o en el terreno político, las prácticas colectivas tienen el potencial de crear entidades que trascienden a los individuos y que pueden tener un impacto significativo tanto positivo como negativo. Es importante estar consciente de cómo nuestras acciones colectivas pueden dar forma a estas entidades y asegurarnos de que nuestras intenciones estén alineadas con el bienestar común.

Por @_fernandocabrera



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