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Constelaciones Familiares y las estrellas que no brillan en nuestro lugar

En el último tiempo distintas prácticas “terapéuticas” han cobrado auge, una de ellas son las Constelaciones Familiares, sin medias tintas, un método pseudocientífico que colisiona con la lógica racional, de cuestionable metodología y que cubre livianamente los graves problemas del acceso a la salud mental en Santa Cruz.

Por definición, las estrellas son cuerpos astronómicos que liberan energía en su interior mediante reacciones termonucleares, ellas conforman cuando se agrupan de forma arbitraria y sin conexión lógica constelaciones que son interpretadas por el hombre desde la antigüedad, identificadas y asociadas a diversas figuras del reino animal, dioses, figuras geométricas y hasta objetos de los más diversos.  




 

Las constelaciones familiares por su parte, fueron creadas como práctica terapéutica por el difunto teólogo alemán Bert Hellinger en 1978, y hoy su esposa Sophie es quien lleva adelante las mismas internacionalmente como “un procedimiento que ofrece una imagen ubicando en un espacio a personas en representación de miembros de una familia, de una empresa o de un producto como para poder leer una dinámica a partir de las personas colocadas una en relación con la otra” según indica en su web oficial de Original Hellinger® y agrega “la constelación sirve a la persona como para descubrir el trasfondo de su falta de éxito, enfermedad, falta de orientación, adicciones, agresión, deseo de morir y mucho más”. 

 

Es decir, sintéticamente basando la teoría en la idea de que los problemas emocionales actuales de una persona están profundamente enraizados en las dinámicas familiares de generaciones anteriores.




 

En tanto, el Centro Argentino de Psicología Interdisciplinario, que integra a psicólogos de distintas especializaciones une dicha pseudoterapia con el método psicoterapéutico del “psicodrama”, que tiene como objetivo “el abordaje y la exploración del ser humano y sus vínculos. Mediante la utilización de la dramatización, donde la acción unida a la palabra permiten el despliegue de los conflictos personales”.

 

Este acercamiento conceptual, nos introduce a las practicas terapéuticas en sí que constan de sesiones grupales, en las que los participantes actúan como representantes de miembros de la familia de la persona, con el objetivo de revelar y sanar estos vínculos ocultos, bajo la supervisión de quien lleva adelante la constelación.

 

“La existencia de una transmisión transgeneracional de conflictos familiares, que puede desencadenar un destino trágico en alguno de sus miembros, se puede observar y evitar a través de las Constelaciones Familiares” asegura el Centro Argentino de Psicología Interdisciplinario, reafirmando lo expuesto por Original Hellinger® de que “a menudo son creencias que hemos adoptado de nuestros padres y que nos mantienen cautivos. En el pasado fueron instaladas en el subconsciente y hoy día se interponen en nuestro camino. De esa manera se impiden cambios de comportamiento” y promete el método para que “esas creencias ocultas salgan a la luz y pueden ser cuestionadas, liberadas y reescritas. La decisión si estás dispuesto para ello la tomas solamente tú personalmente”.




 

La nula evidencia científica que respalde estos preceptos es ya de por sí alarmante por lo que diversas instituciones científicas y profesionales de la salud mental no reconocen esta práctica como un método terapéutico válido, por basarse en conceptos vagos y subjetivos, y en que sus supuestos beneficios se derivan más de la sugestión y del efecto placebo que de cualquier proceso terapéutico comprobado empíricamente.

 

Más preocupante aún es el potencial daño que esta práctica puede causar al tratar problemas profundos y complejos con técnicas no verificadas. Además, la dinámica grupal y la interpretación libre de los "representantes" pueden llevar a malentendidos y conflictos innecesarios entre los participantes y sus familias reales y se pone peor ya que las constelaciones familiares abren la posibilidad de que los pacientes con problemas reales no busquen ayuda profesional adecuada en el ámbito que corresponde.

 

“Las Constelaciones Familiares sacan a la luz el verdadero motivo del sufrimiento. Son un pasaje directo al inconsciente” afirma uno de los diversos grupos vivenciales que en nuestra provincia ofrecen esta práctica pseudocientífica a la comunidad para hallar el “equilibrio físico, psíquico y espiritual”.

 

La contrapartida de la aparición de estos talleres que hoy cobran popularidad en redes y en charlas cotidianas de café, tiene que ver también con el retroceso institucional que se viene dando en el acceso formal a la salud mental, en ese sentido según consta en el sitio web del Colegio Profesional de Psicólogos de Santa Cruz, nuestra provincia cuenta con 526 profesionales habilitados para el ejercicio profesional de la profesión, con 333.473 habitantes según el CENSO 2022 en Santa Cruz hay un profesional de la psicología cada 633 personas.




 

Por otro lado, no es una novedad que conseguir turno con un profesional que trabaje brindando terapia psicológica con obras sociales es un desafío en sí mismo, maximizado si se trata de acceder a un turno en el Hospital Regional Río Gallegos o en el Servicio de Salud Mental sin la cobertura de una obra social.  Organizaciones no gubernamentales como la Fundación CENTA, hacen las veces de contención de grupos vulnerables con las limitaciones que su propia estructura presenta ante la descomunal demanda comunitaria por acceder a tratamientos psicoterapéuticos.  

 

Institucionalmente desde octubre del año pasado, nuestra provincia creó la Subsecretaría de Salud Mental Integral con la misión de “gestionar políticas y procesos sociosanitarios con el objetivo de propiciar el abordaje integral, interdisciplinario, intersectorial, respetuoso y empático de la normativa vigente de la salud mental de las personas y las comunidades”, área de la cual dependen las Direcciones Provinciales de “Coordinación de Salud Mental Integral”, “Abordaje de Conductas de Riesgo Suicida y Autolesivas” y “Abordaje Interdisciplinario de Consumos Problemáticos”, seguramente esta información será una novedad para quien lo esté leyendo como lo ha sido para mí encontrarla entre el mar de Boletines Oficiales, ya que en la web institucional de la Provincia de Santa Cruz no existe el protocolo de los distintos ministerios con sus correspondientes áreas ni funcionarios a cargo.

 

Frente a este complejo escenario superficialmente abordado, vale decir qué, aunque las constelaciones familiares puedan ofrecer una sensación temporal de comprensión o alivio, su falta de respaldo científico y el potencial de causar daño las convierten en una opción más que arriesgada para la persona que puede llegar a estar transitando una realidad de vulnerabilidad emocional. La búsqueda de soluciones reales y efectivas para los problemas emocionales y psicológicos debe centrarse en terapias comprobadas y profesionales acreditados, no en métodos que, a pesar de su popularidad, carecen de fundamentos sólidos. Aunque claro está, en Santa Cruz el acceso a la salud mental formal hoy es una cuestión de recursos económicos exclusivamente y con retracción por parte del Estado que se viene acrecentando hace ya unos cuantos años.

 

Fuentes de consulta para redactar el artículo:



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