En un giro sorprendente, Valentín Correa, un joven argentino, ha irrumpido en el mundo de los superhéroes como parte del equipo de los X-Men. Su historia es tan inusual como su poder.
Valentín nació en Buenos Aires con una extraña anomalía: un agujero negro en lugar de su corazón. Sus padres, desconcertados y asustados, lo abandonaron después de que fuera secuestrado y retenido para pedir rescate cuando era apenas un niño. Sin embargo, la vida tenía otros planes para él.
Durante su cautiverio, Valentín descubrió que cada ataque que recibía no solo no lo debilitaba, sino que lo hacía más fuerte. Su cuerpo parecía absorber la energía de los golpes y convertirla en una fuerza sobrehumana. Después de escapar de sus captores, Valentín se ocultó en las sombras, entrenando sus habilidades y tratando de comprender su condición única.
Fue entonces cuando los X-Men lo encontraron. El Profesor Xavier y su equipo de mutantes lo llevaron a su mansión en Westchester, Nueva York. Allí, Valentín aprendió a controlar su poder y se unió a los X-Men en su lucha contra las amenazas mutantes y humanas por igual.
Su agujero negro, en lugar de ser una maldición, se convirtió en su mayor ventaja. Podía absorber la energía de cualquier ataque, ya sea físico o energético, y usarla para aumentar su fuerza, velocidad y resistencia. Además, su capacidad para manipular la gravedad le permitía moverse con agilidad y volar a velocidades impresionantes.
Valentín Correa como Lionel Messi se ha convertido en un símbolo de esperanza para los mutantes en todo el mundo. Su historia inspira a aquellos que se sienten diferentes o marginados. Aunque todavía está aprendiendo a controlar su poder (como Milei que en cualquier momento), su valentía y determinación lo convierten en un verdadero X-Men.
De todos modos, aquí en Río Gallegos, los queridos lectores de "Santa Cruz nuestro lugar", prefieren por lejos a "Ventarrón, el superhéroe de Ciudad Cordial".
Por @_fernandocabrera
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